La vivienda se está reforzando como un valor refugio en un momento de incertidumbre como el actual, marcado por una elevada inflación, una desaceleración económica y el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Según un estudio de la promotora de origen británico Taylor Wimpey, muchos inversores ven en el inmobiliario una alternativa segura y rentable y, gracias a esta percepción, está experimentando un fuerte repunte de las reservas de viviendas.
«El negocio inmobiliario sigue gozando de buena salud y la demanda por las viviendas de obra nueva sigue latente. En el contexto actual, con los precios en alza, la demanda activa y un euríbor que apenas supera los números positivos, la vivienda se posiciona como un valor refugio. Frente a la incertidumbre, muchos inversores ven en el sector inmobiliario una inversión de protección y rentabilidad«, sostiene la compañía.
Como muestra del interés por la vivienda, la promotora explica que solo durante el mes de abril se han duplicado las reservas por parte de clientes nacionales, principalmente en la Costa del Sol y la Costa Blanca, y que los clientes internacionales están volviendo con fuerza al mercado tras el fin de las restricciones por la pandemia sanitaria. En su caso, muchas reservas proceden de inversores, aunque la mayoría de los compradores siguen comprando vivienda “para disfrutar con la familia, todo el año o durante las vacaciones».
Los datos de los notarios, de hecho, apuntan a que los foráneos efectuaron 63.934 transacciones de inmuebles en el segundo semestre de 2021, un 41,9% más respecto a la segunda mitad del año de la crisis sanitaria. Las operaciones protagonizadas por extranjeros representaron el 18,6% del total de compraventas en todo el país, en línea con el promedio del periodo comprendido entre 2012 y 2019. Además, el precio medio de las viviendas que compraron batió récord.
Taylor Wimpey sostiene que las principales características que buscan los nuevos compradores en las viviendas son que sean modernas, que cuenten con zonas comunitarias y espacios abiertos, y que dispongan con cocinas integradas al salón y a terrazas. «En definitiva, hogares flexibles adaptados a las nuevas realidades de los ciudadanos, como el teletrabajo», recalca la promotora.